lunes, 10 de noviembre de 2014

"Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral". (D. R. Ortega y Gasset)

Estamos  viviendo una crisis ( social y cultural) muy profunda, siempre que ha ocurrido en la historia  algo así, se generan dos  grandes bloques: los bloques del sistema y los antisistema, los que  apoyan a los que tradicionalmente han ostentado el poder, y las que están por una ruptura. Los que están  por un proceso constituyente son parte de la fuerza antisistema y toda fuerza antisistema tiene que trascenderse a sí misma habida cuenta que son complementarias, no antagónicas.  Cada  grupo cada individuo tiene cosas que otros  no tienen, si se va hacia una competencia no cooperativa, eso sería malo para el proyecto de  ruptura.
Hay que tener la  audacia necesaria para lanzarse, se necesita conocer muy bien  el tipo de sociedad que hay, analizar los procesos de información y tener la capacidad para moverse en el escenario complejo de ruptura y la innovación frente a continuidad y tradición; tener la capacidad para alternar propuestas radicales con otras muy moderadas para poder penetrar en todos los  sectores sociales, lo que  obliga a hacer muchos equilibrios.
Gramsci decía que todo proceso de revolución lleva una restauración en su interior, debemos pasar de un pensamiento de cambio para plantearnos una transformación, transformar el modelo de intervención del poder político local,  para ello es necesaria una base social heterogénea, difusa e incluso con pensamientos  contradictorios, pero definidos por un sentimiento de pertenencia en una fuerza complementaria de alianza y antisistema partidista bicefálico. Si nos une lo fundamental, un nuevo modelo de gestión, todo lo demás es secundario, lo más complejo es la unidad, tener bien claro lo que queremos hacer, lo demás es secundario; la convergencia suma, de igual modo que suma la idea de que se puede hacer mejor.
El partido del cambio  es el que debemos de ir construyendo colectivamente y que será el sujeto de transformación del municipio , será una casa común del ciudadano con tendencia transformadora y alternativa. Su característica fundamental será la pluralidad, con las miras puestas en los de abajo, los que sufren, este es el viento que sopla en la mente de los ciudadanos , ciudadano que necesita reaprender a participar en los movimientos sociales facilitadores de crecimiento. Tenemos que hacer los deberes y ser nosotros, la gente la que resuelva los problemas.

“Una sociedad no se constituye por acuerdo de las voluntades. Al revés: todo acuerdo de voluntades presupone la existencia de una sociedad, de gentes que conviven, y el acuerdo no puede consistir sino en precisar una u otra forma de esa convivencia, de esa sociedad preexistente”. (D. R. Ortega y Gasset)

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